El sentido del gusto desempeña un papel crucial en la cata de café, ya que permite identificar y analizar los sabores presentes en cada sorbo. A través del paladar se perciben atributos como la acidez, el dulzor, el amargor, la salinidad y el umami, así como la textura y el cuerpo de la bebida. Estos elementos ayudan a definir el perfil sensorial del café, su balance y complejidad, permitiendo al catador evaluar su calidad y origen con mayor precisión.